Margarita Ledo
Exilio. Feminismo. Ensayo fílmico: el cuerpo como vestigio
- Seminarios y conferencias

Celebrada el Viernes 26 de febrero, 2021 - 18:00 h
La Cátedra Juan Antonio Ramírez del Museo Reina Sofía invita a la cineasta, poeta y escritora Margarita Ledo (Castro de Rei, Lugo, 1951) a su programa de conferencias magistrales. Exiliada en Portugal en los años finales de la dictadura franquista, que la perseguía por su militancia en la Unión do Povo Galego, Margarita Ledo es hoy miembro de la Real Academia Galega y catedrática de Comunicación Audiovisual en la Universidad de Santiago de Compostela. Su filmografía supone una singular apuesta dentro del cine de autor por el modelado continuo de unos temas recurrentes, que van asentándose en busca de una cada vez mayor complejidad formal. Entre ellos, destaca el especial énfasis que otorga a la recuperación de voces de mujeres migrantes, cuyos relatos están marcados por la diáspora y los exilios.
En esta edición de la Cátedra, articulada en una conferencia magistral, Margarita Ledo propone una reflexión en torno al cuerpo como vestigio, como punto de llegada tras recorrer un hilo invisible que transita por un cine de la memoria, de los contrapoderes, de la marginación de la mujer del espacio público, del extrañamiento de su propio cuerpo y del poder del ensayo fílmico como práctica artística.
Como presentación e inicio del debate, reproducimos estas palabras de la cineasta:
“Las diferentes escrituras del ‘yo’ con el cuerpo como artefacto, como archivo de vestigios y de interferencias, como sujeto de deseo, como lugar para hacer cine, se distinguen unas de otras porque en cada uno de sus fragmentos reside la huella en la que se inscribe ese desasosiego elemental que conlleva producir una imagen y mirar. Por eso, en cada obra, de alguna manera, resuenan esos ‘golpes detrás de la puerta’ que suelen dormitar en notas, dietarios, situaciones que rememoramos y que nos traen para las manos esas creadoras de actitud no reconciliada que a nivel intelectual y personal transitaron la noche; expusieron, en primer plano, su existencia; hicieron del filme una experiencia también para quien mira.
Recorrer los pliegues, la línea de sombra en la que se engarzan variaciones de esa mirada diferente, de ese female gaze que los estudios feministas persiguen y que va más allá de las obras realizadas por mujeres, es nuestro compromiso con autoras y autores que, a nivel de pensamiento —de Benjamin a Stuart Hall—, siguen siendo fuente, con aquellas prácticas que, desde la historia material de la cultura, toman posición en armonía con Adrienne Rich y sus reflexiones en su ensayo seminal ‘Notes toward a Politics of Location’ (1985) o con una generación en presente de la que una obra de aroma fenomenológico como la de Iris Brey, Le regard féminin (2020), es un síntoma gozoso que se alarga a las creadoras que llegan al mundo de la performance para transitar la oscuridad apoyándose en la incorporación canónica de imágenes patriarcales y la decisión de resignificarlas.
En su doble percepción —que comienza en ese momento de gracia que te vincula con determinada secuencia de un viaje hacia la producción de esa imagen ‘otra’ y continúa en la de quien mira—, el cuerpo deviene un realizativo contra la fetichización. Es un viaje en el que resuena un objeto múltiple que se formaliza en el flujo de pensamiento sobre lo vivido, en los ‘sentimientos oscuros’ en torno a ciertos episodios que tal vez deban quedarse en lo oscuro, no ser revelados, y que Chantal Akerman nos regala en Ma mère rit. Traits et portraits (2013). Aunque, repentiza, a veces es muy importante buscar la verdad. Cuando la hay, la sentimos en los libros y en los filmes, se dice a sí misma la Akerman. Sentimos que hay algo que ‘pasa subterránea y lentamente, a veces muy lentamente; cuando ni piensas en ello, la verdad aparece y se produce un momento extraordinario que no llega todos los días; un buen momento, tan bueno que de repente nos sentimos calmas y ligeras’.
Esta verdad oscura fue exilio y aniquilación, algo difícil de nombrar. Fue la marginación de la mujer del espacio público, el extrañamiento de su propio cuerpo. Es la intrahistoria del siglo. Pero, desde la oscuridad, el ensayo fílmico emerge en la pantalla como paisaje, como práctica artística, como encuentro de la carne con el cuerpo. Y esa verdad latente, oscura, adquiere sentido. Como en 1928, mientras Walter Benjamin entrevista a André Gide en Berlín. En determinado momento el escritor cita al marinero de Bougainville: ‘Cuando abandonamos la isla le dimos el nombre de Isla Salvador’. Y Benjamin comenta que entonces, precisamente entonces, Gide añade aquella frase estremecedora: ‘Ce n’est qu’en quittant une chose que nous la nommons’ [Es solo cuando abandonamos algo que lo nombramos]. En ese instante da comienzo el relato. La memoria es ahora material en bruto para una obra que nos sirve, tal vez, para colmar los huecos. Las quiebras en el proceso histórico. Los miedos”.
Margarita Ledo, febrero de 2021
Organiza
Museo Reina Sofía
Colabora
Máster universitario en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual, organizado por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y el Museo Reina Sofía
Programa
Cátedra Juan Antonio Ramírez
Programa educativo desarrollado con el patrocinio de
Fundación Banco SantanderParticipantes
Margarita Ledo Andión es cineasta, escritora, docente e investigadora. Catedrática de Comunicación Audiovisual de la Universidade de Santiago de Compostela y directora del Grupo de Estudios Audiovisuales de esa Universidad. Sus estudios en torno a la política de representación en la imagen documental fotográfica y cinematográfica se reflejan en obras como Del Cine Ojo a Dogma 95 (Paidós, 2004) o Cine de fotógrafos (Gustavo Gili, 2005). Entre sus filmes pueden destacarse el documental Santa Liberdade (2004), Liste, pronunciado Líster (2007) y A cicatriz branca (2012). En 2008 recibió el Premio Nacional da Cultura Galega en la modalidad de cine y audiovisual y, desde ese mismo año, es numeraria de la Real Academia Galega.
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.