Cartel: Artists Space, del libro de COLEY, B., MOORE, T., No Wave. Post-punk. Underground. New York. 1976-1980. Nueva York, Abrams Image, 2008

ArtRock

Nueva York y la No Wave

viernes 20 diciembre 2013
Música
Modernidad
Sonido
Colección
Experimentación

La Nueva York de la segunda mitad de los 70 además de ser uno de los epicentros claves de la eclosión del punk rock dio origen entre sus secuelas a manifestaciones tan rupturistas y efímeras como la denominada No Wave. Un caso paradigmático de lo que podría llamarse Art Rock, si entendemos éste como un término capaz de englobar diferentes expresiones que vinculaban a músicos y no-músicos -por utilizar un término querido a Brian Eno- con los espacios tradicionalmente asociados a la producción y exhibición del arte contemporáneo.

Dentro del contexto de la exposición Mínima Resistencia. Entre el tardomodernismo y la globalización: prácticas artísticas durante las décadas de los 80 y 90 esta cápsula ofrece una suerte de recorrido por enclaves como The Kitchen, el Artists Space o White Columns. El objetivo es el de revelar cómo la disonancia post-punk se sirvió de aquellos escenarios, a priori ajenos a lo musical, a la hora de generar toda una serie de propuestas que terminarían por redefinir el concepto de rock. Quedando abiertas nuevas vías para la experimentación que dejaban atrás las constricciones de las que habían empezado a zafarse los primeros grupos de punk. Se trata en definitiva de realizar una aproximación a la génesis del ruido neoyorkino atendiendo a pioneros como Suicide pero también a las bandas agrupadas en el álbum fundacional No New York, sin por eso olvidar a individualidades ensombrecidas en su momento como Rhys Chatham o Glenn Branca. Todos ellos protagonistas de un período en el que muchos coinciden al señalar que lo que ocurría en la escena musical era tan interesante o más que su correlato en las artes visuales.

Realización

Ruben Coll

Agradecimientos

Ruth Pérez Chaves

Licencia
Produce © Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (con contenidos musicales licenciados por SGAE)
Citas de audio
  • The Velvet Underground & Nico. "European Son" en The Velvet Underground & Nico, Polygram ( 1967/1996) 
  • DNA. "Not moving" en No New York, Lilith (1978/2005)
  • Suicide. "Las Vegas Man Live at CBGB'S 1977" en Suicide, Blast First (1977/1999)
  • Steve Reich. "Six Pianos (1973)" en Live 1977, Orange Mountain Music (1977/2005)
  • Rhys Chatham. "Guitar Trio (1977)" en From The Kitchen Archives No.3 / Amplified: New Music Meets Rock, 1981-1986, Orange Mountain Music  (1981/2006)
  • Teenage Jesus & The Jerks. "Eliminate by night (live at Artists Space, 1978)" en Shut up and bleed, Cherry Red (1978/2008)
  • Mars. "Scorn" en LP The Complete Studio Recordings NYC 1977-1978, No More Records (1978/2008)
  • Theoretical girls. "You got me" en Songs '77-'79, Atavistic (1978/1996)
  • The Static. "My relationship" en Songs '77-'79, Atavistic (1979/1996)
  • Dara Birnbaum. "Kojak/Wang" en Just another asshole #5, Atavistic (1981/1995)
  • Sonic Youth. "The world looks red" en From The Kitchen Archives No.3 / Amplified: New Music Meets Rock, 1981-1986, Orange Mountain Music (1982/2006)



 

 



 

SGAERRDD/5/494/12141215


 

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Nueva York y la No Wave

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Nueva York y la No Wave

- Audio: The Velvet Underground & Nico. "European Son" en The Velvet Underground & Nico, Polygram ( 1967/1996) 

1967 es el año que suele considerarse como fundacional para hablar de Art Rock. En parte por coincidir con la publicación de dos clásicos tan dispares como el Sgt. Pepper's de The Beatles y el debut de The Velvet Underground auspiciado por Andy Warhol. Y aunque el término designa un loable deseo por querer ampliar los horizontes del género, las más de las veces son aplicados a bandas donde la influencia de las artes plásticas es más o menos explícita, o como un pretencioso ejercicio de auto-legitimación por parte de una acomplejada forma de cultura popular. Sin embargo, esta cápsula pretende realizar una aproximación a un caso paradigmático: la Nueva York de la segunda mitad de los 70, donde su efervescente escena creativa vería surgir la llamada No Wave. Un fenómeno interdisciplinar producto de la fértil comunidad de artistas afincados en la ciudad por aquel entonces. La No Wave fue pródiga en cineastas que compartían las mismas premisas de inmediatez y nihilismo que sus músicos, muchos de ellos protagonistas de algunas de las cintas de James Nares, Vivienne Dick o Beth B. Pero nos centraremos en el aspecto puramente sonoro debido a que muchos testigos de la época, entre ellos la propia Beth B, coinciden en que la emergente escena musical se caracterizaba por ser más vital y abierta que su correlato en las artes visuales. No en vano se trata del mismo período en que Dan Graham, otro habitual, llegaría a comentar que el arte visual, a diferencia de la música, se encontraba lejos de poder expresar emoción trascendente. Es improbable que alguno de los artistas representados a continuación aceptase la denominación Art Rock. De hecho, Lydia Lunch expulsó a uno de sus músicos en Teenage Jesus por atreverse a concebir el grupo en esos términos. Aún así, resulta pertinente por permitir aglutinar una serie de manifestaciones musicales vinculadas con los espacios tradicionalmente asociados a la producción y exhibición del arte contemporáneo. La No Wave era el resultado de una Norteamérica heredera de la administración Nixon. En recesión económica, con las heridas de Vietnam todavía abiertas y la utopía hippy hecha pedazos. La No Wave más que definir un estilo específico recogía un estado de ánimo en un determinado período y lugar. Una Nueva York al borde del colapso que acogía a una juventud intentando huir de la anestesia generalizada del momento. Atraídos por la promesa de emociones que ofrecían los primeros grupos punk como los Ramones, los New York Dolls o el Patti Smith Group. Pero los recién llegados, en un arrebato de negación adolescente, decidieron darle la espalda incluso a sus ídolos, triturando influencias e incorporando al discurso del rock préstamos de géneros en vanguardia. Ya fuera el free jazz o la Nueva Música de compositores en la estela de fluxus y el minimalismo. Obteniendo resultados que eran una demostración de aquello que Jon Savage señalaría como la verdadera esencia del punk: el sonido de la gente descubriendo su propio poder.

- Audio: DNA. "Not moving" en No New York, Lilith (1978/2005)

Estilísticamente es difícil encontrar similitudes entre las bandas de la No Wave. Si acaso el común denominador era la actitud nihilista a la que debía su nombre. Lo cual se traducía por un lado, en la confrontación con el espectador, pero sobre todo por partir de la disonancia. Así el ruido era tomado como vía exploratoria con la que liberar al rock de sus tics. Atacando su condición de entretenimiento mercantilizado como liberación o la estrechez derivada de su fijación por formas musicales de tradición norteamericana como el rhythm and blues o el folk. Ambos aspectos, el ruido y la furia, se sintetizaban a la perfección en la anomalía que constituyeron Suicide, el dúo pionero formado por Martin Rev y Alan Vega a principios de los 70. Una de las escasas bandas que no sufrieron la reticencia de la no-ola, en parte porque Suicide era objeto de desprecio o incomprensión allí por donde pasaban, convirtiéndose en un espejo en el que mirarse para los nuevos grupos.

- Audio:  Suicide. "Las Vegas Man" en Live at CBGB'S 1977, Blast First (1977/1999)

Suicide son un caso ejemplar si hablamos de Art Rock. Alan Vega había estudiado con Ad Reinhardt y se dedicaba a crear esculturas lumínicas, que lo emparentarían como una variante norteamericana del arte povera. Sus exposiciones individuales en espacios como la galería Ok Harris de Ivan Karp, se complementaban con actuaciones del dúo. Y sus primeros ensayos y conciertos tendrían lugar en MUSEUM. A project of Living Artists, un espacio auto-gestionado creado contra el nepotismo del sistema de museos y galerías de Nueva York, y además sede de la Art Worker's Coalition, célebre por haber logrado el cierre de varios museos en protesta contra la guerra de Vietnam. En un momento en que los clubs de música en directo estaban en una fase de transición, las galerías se presentaban como un lugar idóneo por su neutralidad. Aceptando un tipo de propuesta que carecía del recibimiento adecuado por parte de las audiencias de rock. Suicide partían de un híbrido entre la improvisación y el rock n' roll cuyo desbordamiento convertía sus actuaciones en algo más próximo al arte de acción que a la mera ejecución de un repertorio. A lo que se sumaba el recurso a la electrónica de ecos europeos y la pulsación minimalista heredera de la Nueva Música difundida desde los lofts neoyorkinos. Una muestra de la cual sería esta pieza de 1973 escrita por Steve Reich para seis pianos e interpretada en The Kitchen cuatro años más tarde.

- Audio: Steve Reich. "Six Pianos (1973)" en Live 1977, Orange Mountain Music (1977/2005)

Situado en el SoHo, el Mercer Arts Center sería otro lugar clave para las acciones de Suicide. En sus instalaciones albergaba The Kitchen, un proyecto surgido a principios de los 70s de la mano de Woody y Steina Vasulka, que terminaría por convertirse en uno de los primeros espacios para la exhibición de video-arte. Su emplazamiento estaba conectado con el auge de alquileres por entonces baratos en Nueva York, principalmente lofts, y que favorecerían la creación de una fértil comunidad formada por artistas visuales, compositores y coreógrafos. En los primeros años de The Kitchen, Rhys Chatham, un joven estudiante de composición y alumno de La Monte Young pasaría a encargarse de su programación musical. Entonces era habitual realizar conciertos en los lofts de los propios artistas pero Chatham sería pionero en organizarlos en The Kitchen. Durante el período que ejerció como director artístico, entre 1970 y 1973, desfilarían por The Kitchen figuras consagradas como el mentado La Monte Young junto a nuevos compositores como Philip Glass o Steve Reich. El punto de inflexión llegaría en el 76 cuando Chatham tiene una revelación al ver su primer concierto de rock. En la sala Oscar Wilde del Mercer Arts Center Chatham vio a The Ramones y en ellos un enfoque minimalista adaptado al rock. Ellos tocaban 3 acordes y Chatham trabajaba en la época en torno a uno solo. Llegando a la conclusión de que si Glass estaba usando instrumentaciones del jazz y Reich hacía lo propio con ritmos africanos Chatham trabajaría con elementos del rock. De ahí pasaría a crear el grupo Tone Death como vehículo para interpretar composiciones como Guitar Trio.

- Audio:  Rhys Chatham. "Guitar Trio (1977)" en From The Kitchen Archives No.3 / Amplified: New Music Meets Rock, 1981-1986, Orange Mountain Music  (1981/2006)

Un año después de su epifanía viendo a los Ramones, Chatham retomaría su labor de director artístico en The Kitchen. Pasando a programar entre 1977 y 1983 tanto a compositores afines a la estética del SoHo, como a bandas de clubs del East Village como el CBGB o el Max's Kansas City. Finalmente unos artistas terminarían tocando en los espacios de los otros y viceversa. Para Chatham la conexión era obvia, ya que era un período en que los compositores estaban abandonando la notación para adentrarse en la improvisación, mientras que aquellos procedentes del punk rock suplían la falta de técnica guiados por el instinto.

- Audio: Teenage Jesus & The Jerks. "Eliminate by night (live at Artists Space, 1978)" en Shut up and bleed, Cherry Red (1978/2008)

Acabamos de escuchar a Lydia Lunch al frente de Teenage Jesus & The Jerks, un ejemplo de banda asidua a los clubs del East Village más que a los enclaves habituales para los estetas del SoHo. Aunque la grabación en cuestión recoge un directo en uno de ellos, el Artists Space, a la postre el escenario desde el que se emitiría el acta de nacimiento y de defunción de la No Wave. En parte, debido a la llegada a la ciudad de Brian Eno, no-músico y art-rocker desde sus tiempos en Roxy Music. En calidad de productor Eno sería responsable de documentar la emergente escena con el disco No New York. En mayo de 1978 el Artists Space organizó una serie de conciertos con diez bandas, entre las que se encontraban la práctica totalidad de la incipiente escena y el embrión de lo que sería No New York. De ahí que se contemple el evento como fundacional. Para Brian Eno lo presenciado durante aquellas cinco noches no era equiparable con el punk que había conocido en Inglaterra. Aquellas bandas de Nueva York le parecían más en deuda con una tradición propia a las bellas artes. Estableciendo una analogía con las primeras vanguardias, Eno vaticinó que la energía de aquella escena tenía fecha de caducidad. De manera que decidió ejercer su labor de productor, como si fuera, en sus propias palabras, un historiador de arte. Su razonamiento era que si un pintor desaparecía quedaban sus cuadros, pero cuando los músicos dejaban de tocar, si no hay nadie que lo registrara es como si jamás hubieran existido. Así que No New York fue una antología que rescató del basurero de la historia a proyectos efímeros como Teenage Jesus & The Jerks, DNA, Mars y The Contortions, dejando en el olvido a tantas otras. Curiosamente favoreciendo a las mucho más primarias bandas del East Village. Kim Gordon, de Sonic Youth, ha apuntado que No New York supuso el fin de la escena, por reducirla a solo cuatro bandas, creando una serie de tensiones que terminaría haciéndola desaparecer.

- Audio:  Mars. "Scorn" en LP The Complete Studio Recordings NYC 1977-1978, No More Records (1978/2008)

Otra seña de identidad de las bandas incluidas en No New York, era que salvo excepciones, como el saxofonista James Chance, la mayoría eran no-músicos, por elegir un término querido a Brian Eno. Arrinconando así sus trayectorias en otros campos. Pensemos en Mars, cuyos miembros procedían del teatro, la danza o las artes plásticas. O en el caso de DNA, donde Arto Lindsay dejaría de lado la escritura y Robin Crutchfield intentaría reconducir su experiencia como performer en los directos del grupo. Para disgusto de sus compañeros Crutchfield estaba más interesado en tocar en galerías y estudios que en clubs de rock. Ambivalencia que daría lugar a situaciones tan inusuales como cuando invitaron a Nam June Paik a compartir escenario en el CBGB. Reprochando Paik a DNA el hecho de limitarse adaptar al rock la música de los compañeros de generación del veterano fluxus.

- Audio:  Theoretical girls. "You got me" en Songs '77-'79, Atavistic (1978/1996)

Entre los ilustres olvidados de No New York y que participaron en el festival del Artists Space estaba la facción formada por los grupos del SoHo, esto es, las formaciones de Rhys Chatham: The Gynecologists y Tone Death, pero también otra banda: Theorethical Girls, en la que encontramos a Glenn Branca. Si Chatham representaba la transición de la música seria al rock, Branca constituye el camino inverso. Terminando por liderar gargantuescos orquestas de guitarras que serían el punto de partida para proyectos como Sonic Youth. Cuando Branca aterrizó en el 76 en la Gran Manzana era un dramaturgo con escasa formación musical. Siendo clave su encuentro con Jeffrey Lohn, un pianista dedicado al arte conceptual. De su pasión común por el teatro y el minimalismo de Reich y Glass surgirá la idea de formar un grupo. Cuyo debut, pese a todavía no tener nombre, tendría lugar en Franklin Furnace, espacio creado por Martha Wilson. Allí tocarían compartiendo cartel junto a su colega Dan Graham. Finalmente adoptarían el nombre Theorethical Girls en un guiño a una conversación mantenida entre Graham y Jeff Wall en torno a la nueva generación de mujeres en el terreno del arte conceptual. Graham llegaría incluso a producir el único disco de The Static, proyecto paralelo de Branca junto a Barbara Ess. Otro caso de artista más interesada en lo que pasaba entonces en la escena musical que en la de las artes visuales.

- Audio:  The Static. "My relationship" en Songs '77-'79, Atavistic (1979/1996)

A parte de su actividad musical Ess, con ayuda de Branca, impulsaría Just Another Asshole, una tentativa de experimentar con las pontencialidades de una publicación. De esta manera, y a lo largo de 7 números, Just Another Asshole paso de un formato similar al de una revista, a devenir una exposición, Though Objects o incluso en 1981 un disco. Dicha antología sonora constituye un reflejo de la interdisciplinariedad de la comunidad artística en la que la No Wave estaba inserta. Entre sus más de 70 participantes confluían desde un por entonces desconocido Lee Ranaldo a Barbara Kruger, Kiki Smith o Dara Birnbaum, cuya contribución era el soundtrack de su video Kojak/Wang.

- Audio: Dara Birnbaum. "Kojak/Wang" en Just another asshole #5, Atavistic (1981/1995)

El ejemplar de Just another asshole que apareció bajo la forma de un disco, fue una co-edición junto a otro espacio de creación emergente: White Columns. No New York y el festival que le dio origen, dejaban de ser una anomalía para pasar a ser una referencia, surgiendo así el Noise Fest. En 1981, exceptuando DNA, la práctica totalidad de bandas de No Wave estaban disueltas. Sin embargo, el Noise Fest, combinaba a figuras activas de esa primera etapa y a recién llegados. Se trataba de una propuesta en la que los conciertos se complementaban con una exposición donde todos los artistas participantes eran músicos, independientemente de que lo expuesto tuviera relación con la música. Así junto a Robert Longo, Alan Vega, Glenn Branca o Barbara Ess se presentaban nuevos nombres, entre ellos, Kim Gordon o Anne de Marinis. Estas dos últimas integrantes de Sonic Youth, por entonces un trío que ensayaba en el apartamento de Vito Acconci y cuyo tercer miembro, Thurston Moore, era el responsable de elegir a las bandas del festival. Un vistazo al programa del evento revelaba que se trataba de una llamada a recuperar el espacio perdido por los sonidos más arriesgados en el circuito de galerías. Ya que la disgregación que experimentó la comunidad artística neoyorkina en los primeros 80 trajo consigo una especialización que terminó dejando a los músicos más heterodoxos en tierra de nadie. A lo que había que añadir la dificultad de poder tocar en clubs, cuyos propietarios no veían rentabilidad en aquel ruido horrible. El Noise Fest nos sirve para cerrar esta recorrido por constituir un indicador de una nueva fase que llega hasta nuestros días. De manera similar a John Cage cuando decía de sus composiciones que no hacía falta llamarlas música, los participantes de aquel festival asumieron el término ruido, pese a su acepción negativa, para reivindicarlo como una posibilidad para articular nuevas formas musicales, o no, que tres décadas después han terminado por consolidarse como un lenguaje propio, con sus códigos, sus espacios y sus circuitos de distribución. Nos despedimos con una grabación de Sonic Youth de 1982 tocando en otro festival, organizado en esta ocasión en The Kitchen, en el que según las crónicas la velada contó con la presencia policial debido a las quejas de los vecinos.

- Audio: Sonic Youth. "The world looks red" en From The Kitchen Archives No.3 / Amplified: New Music Meets Rock, 1981-1986, Orange Mountain Music (1982/2006)

BIBLIOGRAFÍA: 

  • Mathieu Copeland (ed.). Alan Suicide Vega: Infinite Mercy, Lyon, Musée d'Art Contemporain de Lyon, 2009
  • Thurston Moore and Byron Coley. No Wave. Post-punk. Underground. New York. 1976-1980, Nueva York, Abrams Image, 2008
  • Marc Masters. No Wave, Londres, Black Dog Publishing, 2007
  • Dominic Molon (ed.). Sympathy for the devil: Art and rock since 1967, Chicago, New Haven, Chicago Museum of Contemporary Art, Yale University Press, 2008