Federico Campagna

Federico Campagna

Cultura profética

lunes 19 agosto 2024
11:06
Política
Esfera Pública
Común

Federico Campagna es un filósofo y escritor italiano afincado en Londres. Pasó más de veinte años en Milán, donde participó activamente en las redes anarquistas/autonomistas y cofundó el colectivo de poesía callejera Eveline. En 2009 inició una larga colaboración con el filósofo autonomista italiano Franco Berardi, también conocido como "Bifo", y ese mismo año cofundó la plataforma multilingüe de teoría crítica Through Europe, ya desaparecida. 

Campagna es también el autor del libro Prophetic Culture: recreation for adolescents publicado en Bloomsbury en 2021 y traducido al castellano bajo el nombre de Cultura profética: para la imaginación que viene (Enclave de libros, 2022). Un libro que fue el responsable de reunir a los artistas Paz Rojo, Javier Cruz, Paulina Chamorro, José Luis Baringo y al físico Álvaro García en un encuentro mensual durante todo el 2023. En ese mismo año, y dentro de su programa Ha sido aún no, todavía la propia Paz Rojo invitó a Campagna al Museo Reina Sofía para participar en una conversación abierta acerca de los conceptos que sobrevuelan dicha publicación. 

Durante aquella visita se pudo grabar esta cápsula, en la que el filósofo italiano revuelve de nuevo en Cultura profética: para la imaginación que viene, subrayando su interés por el concepto de "mundo", en tanto que algo que se hace y que habitamos, pero que no existe para siempre, como bien nos recuerdan los "profetas". Y, con ello, no queda más que preguntarse: "¿Qué se siente al habitar algo que está decayendo y que está a punto de llegar a su fin?", y mejor, "¿qué podemos hacer desde ahí?". 

Realización

José Luis Espejo y Francisco MM Cabeza de Vaca

Locución

Annik Hemery

Licencia
Creative Commons by-nc-sa 4.0

Federico Campagna

Cultura profética

Federico Campagna

Cultura profética 

Federico Campagna es un filósofo y escritor italiano afincado en Londres. En este podcast habla de su último libro, titulado Prophetic Culture: recreation for adolescents y publicado en Bloomsbury en 2021 [en la edición en español: Cultura profética: para la imaginación que viene]. En 2009, inició una larga colaboración con el filósofo de la llamada "autonomia operaria italiana" Franco Berardi, también conocido como "Bifo". Ese mismo año, cofundó la ya desaparecida plataforma multilingüe de teoría crítica Through Europe.

FC: Bueno, siempre es difícil encontrar solo un único tema para un libro. Como se tarda tanto en escribir, se acaban juntando muchas ideas. Pero creo que la idea principal quizá tenga que ver con la noción de los mundos. ¿Qué es un mundo? ¿Cómo se hacen los mundos? Y sobre todo con el hecho de que los mundos se hacen, no son cosas que existan para siempre... ¿Cómo se acaban los mundos?. Así que el libro analiza la idea de mundo, no sólo como planeta o universo o conjunto de cosas materiales, sino el mundo como significado. Los griegos dicen "como cosmos", como una forma de ordenar el caos en algo que parece un orden con sentido o que es bello —estos son los sentidos del término "cosmos" en griego—; un lugar que podemos reconocer y que nos es familiar, un lugar donde podemos movernos y actuar.

El mundo no es así por naturaleza. La realidad en sí misma no está perfectamente alineada de forma natural con nuestros límites cognitivos, con nuestros límites biológicos, con nuestras ideas sociales, con nuestras preferencias... Transformamos la avalancha de nuestras percepciones sobre la realidad en algo familiar: un mundo. El libro trata de esto, pero sobre todo, creo, trata de cómo este tipo de creaciones de mundos llegan a su fin. Y cuál es la posición en la que se encuentra una persona cuando habita un mundo, cuando habita la estructura del sentido, compartida por muchos otros, normalmente por una civilización con sus propias ideas sobre el tiempo, el espacio, la muerte, la vida... ¿Cómo se siente uno al habitar una de estas visiones que empiezan a declinar y a llegar a su fin?

Un mundo como una historia, siendo los cantantes de la historia y los personajes de la historia y la posición particular del último acto de esta obra. ¿Qué se siente al estar en ese momento? Y especialmente si eres un productor cultural, alguien que participa en la creación de un mundo a través de sus medios artísticos y culturales. ¿Qué significa seguir haciendo ese trabajo en un momento en el que sabes que esa historia concreta está llegando a su fin y que puede que no quede nadie para recibir tus producciones artísticas y culturales? Entonces tienes que empezar a mirar más allá del mundo.

Entrevistador: ¿Cómo se relaciona ésto con la figura o el personaje del profeta? 

FC: El profeta es alguien con quien te encuentras a menudo. En el paralenguaje actual, decimos que alguien es profeta cuando predice cosas con antelación. Así es como lo explicamos normalmente en el sentido común. Pero un profeta no es realmente eso, no es un pronosticador, no es como el tipo del pronóstico del tiempo por la noche. Un profeta es alguien —al menos como yo lo veo, y lo veo así— que está en línea con otras tradiciones que veían la profecía de esta manera, la tradición bíblica, por ejemplo, pero no sólo eso... El profeta es alguien capaz de ver la fragilidad y la artificialidad de cualquier mundo o de cualquier construcción de sentido, y es capaz de ver esto porque el profeta es capaz de mirar más allá. Cuando miras más allá del mundo, no ves nada. Esa es exactamente la cuestión. Ves una extensión muy grande —que es una forma incorrecta de decirlo, es infinitamente grande, igualmente incorrecta— una extensión eternamente amplia de caos, de cosas que son imposibles de condensar dentro del cosmos, dentro de un lenguaje que tenga sentido, que sea familiar. Y te das cuenta de que este exterior no solo está "fuera del mundo", sino que también está dentro del mundo, que está en la base del fundamento de todos los discursos, de todos los intentos de dar sentido. Es deciir, por debajo hay un núcleo que se resiste al sentido y a la familiaridad, pero está más allá de una forma imposible, mientras que al mismo tiempo es lo que sostiene cualquier cosa.

Esto se intuye rápidamente cuando se piensa en la noción de existencia. Cuando se dice que un objeto existe, se procede a decir todas las cosas que ese objeto es: "Es un humano, es un planeta, está caliente, es marrón, es verde, es antiguo, es pesado, tiene esta composición...", estas son todas las cosas que puedes ver sobre lo que es, pero qué es, "que existe"... El hecho de su pura existencia, eso se resiste a cualquier posible intento de comprensión. Eso está fuera del mundo. Pero, por supuesto, la existencia, el hecho mismo de existir es lo que hace que un mundo "sea".

El profeta es el que es capaz de mirar con un ojo el hecho de la existencia y con el otro ojo los mundos, y las diferentes formas de describir los mundos. Y así, cuando el profeta habla de los mundos, su trabajo consiste en recordar a los habitantes de cualquier mundo que ese mundo es muy bonito, pero es artificial, es muy pequeño, y que por debajo de él, hay algo incomparablemente más amplio y más oscuro o más brillante, depende de cómo lo presentes. Eso es lo que hace el profeta, es un recordatorio de las limitaciones de nuestras estructuras de sentido. Creo que esto es muy útil, sobre todo cuando tenemos una relación con nuestros mundos, con nuestras hipótesis, con nuestras ideas sobre la naturaleza o ideas sobre las cosas que pueblan el mundo; por ejemplo, estados, nacionalidades, monedas... Cuando tenemos una relación con estas ideas, eso es idolatría, cuando creemos que están ahí de forma realmente natural.

No soy artista, así que me resulta difícil decir lo que debe hacer un artista. Además, soy consciente de que la definición de lo que es arte está cambiando y se ha cuestionado mucho en el último siglo y medio. Así que cuando —si voy a hablar de arte, todo de lo que estoy hablando es muy vago, y no quiero parecer prescriptivo—,  así que quizá podríamos decir —he dicho que podríamos y no que deberíamos—, podríamos imaginar el arte como la modulación de las percepciones a través de medios formales. Digo modulación de las percepciones porque la palabra griega aisthesis de la que procede la palabra "estética" tiene que ver con las percepciones. Así que imagino que hay una modulación de estas percepciones a través de medios formales. En este sentido —si esta es la definición de arte que podemos adoptar por el momento—, entonces el arte es la manera que creo de, por un lado, modular la forma del mundo. Porque modular las percepciones es modular la forma en que damos sentido al caos. El caos nos llega como una onda estética indivisa, y entonces le damos sentido. Así pues, el arte, de este modo (entendido así), es una forma de creación del cosmos. Así, podemos considerar la función del arte como una contribución a la creación de mundos, o tal vez como una especialidad [campo] en la creación de mundos. 

En términos más generales, podemos decir que también es una modulación de la atención, porque la forma en que modulas las percepciones que te llegan: cuando seleccionas y eliges cuáles tomas, cuáles borras, es siempre ese tipo de elección... No puedes tomarlas todas al mismo tiempo. Ese es el punto del cosmos, le das tu atención a una cosa en vez de a la otra. Es un proceso selectivo, que también implica elementos éticos y políticos. Así que te centras en ciertas partes en detrimento de las demás, no porque sean las más importantes en sí mismas, sino porque forman parte de un proyecto que las considera fundacionales. Pero, de forma más general, con estas modulaciones, el arte crea —creo yo—, no tanto objetos, por supuesto, que no son más que objetos en sí mismos, sino que crea atmósferas. La noción de atmósfera es importante, creo yo, y es particularmente importante, por ejemplo, en las teorías hindúes del arte, especialmente del teatro, la idea de que una obra artística contribuye a modificar tu manera de hacer mundo, no sólo porque te da alguna información nueva —no significa darte más información—, sino porque te da un marco diferente. La idea de que el marco es muy importante para hacer mundos, la estás encontrando en psicología, en psicología de la Gestalt, la estás encontrando en filosofía, con Heidegger, por ejemplo... Un marco es esa atmósfera general, que luego se convierte en el conjunto general de reglas, la primera es una atmósfera, y luego la destilas en reglas que te hacen ver ciertas cosas en lugar de otras, y te hace crear mundos de una manera en lugar de otra.

Así que el arte es, en este sentido, la construcción de este marco al principio, cuando todavía es una nebulosa, una galaxia, ya sabes, de una manera muy difusa. Y el material sobre el que opera es la atención, enseñándote no tanto a qué en particular debes prestar tu atención, sino qué criterios usas o qué direcciones usas al usar tu atención en otra parte. Luego importante no es tanto el objeto expuesto, sino todo lo que hay fuera del objeto. A través de ese objeto, como a través de una lente, ves de forma diferente todas las cosas que lo rodean.

Entrevistador: Gracias, creo que hemos terminado.