Vista de sala de la exposición. James Castle. Mostrar y almacenar, 2011

James Castle

Mostrar y almacenar

jueves 02 junio 2011
3:22
Pintura
Experimentación

Esta conversación con Lynne Cooke, comisaria de la exposición y subdirectora del Museo Reina Sofía, se centra en la exposición James Castle. Mostrar y Almacenar, celebrada entre el 18 de mayo al 5 de septiembre de 2011.


Cooke apunta una serie de notas sobre la figura de este pintor, dibujante, escultor y editor independiente, alejado de los círculos económicos, expositivos y especulativos, cuya obra permite pensar otros modos de producción artística. Su trabajo se traduce en una delicada cotidianidad, inseparable de su condición de archivo personal de vistas y memorias. Un compromiso personal y sincero que, en definitiva, permite cierta esperanza en el arte, aunque las sucesivas exposiciones de James Castle descontextualicen la obra en vitrinas para ser mostrada o traten de categorizarla en un contexto y categorías artísticas ajenas.

La conversación apunta a algunos detalles biográficos del artista y se pregunta por las razones que nos llevan hoy a mirar su obra. Quizás una de las peculiaridades personales de Castle sea su sordera, una virtud insignificante en una historia del arte dominada por la visión. Por esto, se han recogido los sonidos de los materiales de sus obras: papel, cartón y carboncillo. Una dimensión, sin embargo, que estos trabajos no necesitan para ser comprendidos.

Realización

José Luis Espejo

Locución

Vanessa Alonso

Licencia
Creative Commons by-nc-sa 4.0

James Castle

Mostrar y almacenar

James Castle, Mostrar y Almacenar. Del 18 de mayo al 5 de septiembre de 2011

 

Lynne Cooke, comisaria: James Castle fue un artista que vivió en una zona bastante apartada en los Estados Unidos entre 1899 y 1977. Pasó la mayor parte de su vida dibujando y trabajando en sus obras de arte.

Nació sordo y no podía hablar, así que no pudo tener un trabajo. Le gustaba dibujar, hacer sus construcciones y sus libros. Su familia favoreció esta situación, pero no eran personas con un interés serio en el arte, ni miraban estas piezas como obras de arte. Por esto es un gran desafío poder mostrar estas piezas al público.

Es un artista bien recibido. Artistas como Terry Winter o Maurizio Cattelan, gravitaron inmediatamente alrededor de sus obras. Ese es un de los intereses de traerlo a España y a Europa. Otro es considerar por qué miramos su trabajo ahora.

Yo no lo categorizaría como outsider art. En sus prácticas encontramos preguntas sobre la representación, sobre los lenguajes visuales, sobre las relaciones entre texto e imagen. Inventa lenguajes y realiza cosas que artistas de los 60 y 70 también han hecho.

Castle tiene cierta libertad para moverse entre estilos, modos de trabajo. Ese rango de trabajo es lo que consideramos como típico de un artista contemporáneo que se mueve entre medio y temas.
Sin embargo los artistas con problemas psicóticos suelen desarrollar un solo estilo y trabajar de manera obsesiva con ese estilo, casi como una marca registrada.

Con Castle no se puede estar tan seguro.