RRS: En 1971 Luis de Pablo y José Luis Alexanco trabajaron juntos en una pieza sonora y visual que titularon Soledad Interrumpida. En esta intervención la composición musical y la visual dialogaban procurando una experiencia visual, sonora y espacial en la que todos los factores conversaban a un mismo nivel. En Soledad Interrumpida practicaban sus autores con la hibridación y la fluctuación de formas y sonidos en el tiempo y en el espacio.
La intervención ocupaba espacios amplios y diáfanos en los que se distribuían más de un centenar de esculturas de PVC hinchable diseñadas por Alexanco. Mediante un compresor de aire manejado en directo por el artista, las esculturas se inflaban por grupos haciendo que las formas que yacían en el suelo se erigieran poco a poco en volúmenes de rasgos antropomórficos que una vez hinchados pasaban progresivamente a perder aire manteniéndose así en una constante transformación.
José Luis Alexanco: La verdad es que era muy inquietante la imagen. No eran todas del mismo color, pero estaban todas en una gama de rosas a rojos. Podía evocar carne por ejemplo. Los muñecos en sí no eran inquietantes, pero el conjunto de todos ellos moviéndose, sí podía serlo.
RRS: La parte sonora, creada por Luis de Pablo se desarrollaba en paralelo y en continuo diálogo con las esculturas y los efectos lumínicos manejados por Alexanco. A partir de cintas pregrabadas y un sintetizador manipulado en directo, el ambiente sonoro propiciaba otro juego de ritmos, tonalidades y movimientos en el espacio.
A las sonoridades de tintes psicodélicos se unían fragmentos grabados procedentes de otros ámbitos musicales, como los cantos de presos afroamericanos o improvisaciones de músicos mauritanos, a las que eventualmente se podían sumar otros instrumentos e intérpretes en vivo.
En Soledad Interrumpida la constante transformación de sonidos, volúmenes y efectos lumínicos convivían con el carácter de cada espacio que connotaba la recepción de cada interpretación de la pieza.
José Luis Alexanco: No era lo mismo el palacio de Cristal del Retiro que un garaje. O una sala más neutra, como la de Munich o la Buenos A que era una sala de conferencias enorme con una altura de techo muy grande. O en Francia, en París se hizo en los altos de lo que era entonces el Museo de Arte Contermporáneo. O en Royan, en una abadía del siglo XII cerca de Burdeos que por lo tanto tenía un carácter mucho más eclesiástico (la pieza Soledad Interrumpida). Por lo que estamos hablando de que la interpretación de la pieza era muy variada.
Imagina oscuridad total. Yo encendía una luz en un rincón allí a lo lejos. Y había gente que se iba hacia la luz y gente que se quedaba quieta. Y en el momento en que me llevaba la luz para allá para dirigir a la gente, Luis se llevaba el sonido a la punta. Había gente que se iba hacia el sonido y gente que se iba hacia la imagen. Y cuando estaban llegando tal vez se apagaba y aparecía el foco de atención en otro lugar. Era un juego de este tipo que era siempre improvisado, era casi como una sesión de jazz en que cada instrumento tiene su solo. Y lo que unía todo era lo que nosotros llamábamos estructuras rígidas y estructuras blandas. Había una serie de cosas que eran fijas y otras que podían cambiar y se entremezclaban. Esta misma idea era también válida para la reacción de la gente.
RRS: Soledad Interrumpida representa asimismo a través de la colaboración de Alexanco y De Pablo un ejemplo del encuentro de dos laboratorios de producción de gran relevancia en el arte español del siglo XX: El laboratorio ALEA de música electrónica y el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid.
José Luis Alexanco: Nosotros empezamos a trabajar en ello sin saber si iba a ser realizable y antes de que estuviera hecho se atrevió a invitarnos el Instituto di Tella de Buenos Aires por lo que aceleramos el proceso. Con ayuda de ALEA que ya existía pudimos realizar las esculturas que era la parte más conflictiva del trabajo. Encontrar el medio técnico para hacerlas fue complicado. Yo comencé pensando en goma, en caucho, pero era irrealizable. En una fábrica de Bilbao consiguieron hacer el material idóneo, que era un plastisol, un tipo de PVC que podía ser inflable. Era la idea de una forma que es capaz de cambiar, que se mueve. Bueno, no que se mueve, sino el proceso de cambio, la evolución de esa forma hacia cualquier lado. Eso lo trababa de conseguir en el Centro de Cálculo por medios electrónicos a través de un programa que hice que generaba esculturas, y en Soledad Interrumpida esto lo conseguía con medios mecánicos que era el compresor de aire.
RRS: Los sucesivos traslados de la pieza y su representación conllevaron un progresivo deterioro de las esculturas, quedando tan solo un número reducido que en la actualidad atesora el Museo Reina Sofía en su colección junto a una adaptación de la composición musical que entonces formara parte del evento en vivo.
José Luis Alexanco: Lo que tiene el Museo ahora es una versión minúscula de lo que fue Soledad Interrumpida. Que no se si llamarlo instalación, espectáculo, o cómo. En aquella época lo llamábamos obra plástico-sonora.
RRS: La intervención tuvo una vida activa de casi diez años que les permitió trabajar a ambos artistas en diferentes contextos y con audiencias muy diversas. Desde que en 1971 la interpretaran por primera vez en Buenos Aires. La pieza se presentó en Madrid, Munich, Paris, Bruselas, Royan, Otawa, Montreal y Quebec, siendo su última representación en 1980 en la mítica sala The Kitchen, uno de los centros más relevantes del arte experimental y de vanguardia en Nueva York.
José Luis Alexanco: En el 1971 se estrenó en Buenos Aires y el mismo año en Madrid. Luego se hizo en Munich durante las olimpiadas, en París, en Royan, en Lisboa… En cada lugar, en cada país, la reacción de la gente era diferente y eso nos condicionaba a nosotros. En el estreno en Buenos Aires se oían gritos de gente que decía “¡che, nos están manejando!” En París, la gente interpretaba que aquellos muñecos eran víctimas del franquismo. En cada sitio era de una manera, algunas veces muy estático y otras veces la gente se movía de un lado a otro. Si había niños era mucho más divertido porque corrían… En Alemania se lo tomaron de una forma muy lúdica, se tumbaban en el suelo, se acostaban encima de los muñecos que estaban en movimiento. Lo hicimos en un salón enorme, que era como un distribuidor enorme que daba a tres salas. Aquello fue un maremágnum bastante interesante porque en una sala estaba John Cage, en otra estaba Nam June Paik y en otra estaba Dieter Schnebel, y nosotros en medio, todos haciendo ruidos. Así que te puedes imaginar lo que fue aquello.