Aguja imantada. Texto e imagen, la simbiosis perfecta de García Tella
Visita para personas adultas a muestra documental
- Visita comentada

Celebrada el Miércoles, del 8 de noviembre, 2023, al 7 de febrero, 2024 (excepto festivos) - 12:00 h
- Localización
- Edificio Nouvel, Biblioteca y Centro de Documentación
- Aforo
- 15 personas
- Idioma
- Español
- Duración
- 30 mins
Uso de radioguías no disponible
Las visitas guiadas a la muestra documental Texto e imagen, la simbiosis perfecta. José García Tella a través de su archivo personal buscan dar a conocer el archivo del polifacético artista e intelectual José García Tella (Madrid, 1906 - París, 1983), una figura esencial pero poco conocida del exilio republicano español. Con este objetivo, se presentan las múltiples facetas que Tella desarrolló a lo largo de su vida organizadas en torno a los conceptos de texto e imagen. Con estos dos elementos, conjugados perfectamente en su obra, el autor trasladó mensajes directos y sinceros, siempre con el afán de mostrar la realidad del momento.
A partir de fotografías, dibujos, periódicos y documentos conservados en su archivo personal es posible reconstruir no solo los diferentes acontecimientos y vicisitudes que Tella atravesó a lo largo de su vida, sino también la evolución de su producción y los múltiples ámbitos y disciplinas desde los que abordó su trabajo.
Los recorridos que propone Aguja imantada se desarrollan en el marco de Casi libros, el programa de mediación de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Reina Sofía que propone un acercamiento a sus espacios, fondos y servicios, más allá de su naturaleza como plataforma de investigación en torno al arte contemporáneo.
Programa
Organiza
Museo Reina Sofía
Programa educativo desarrollado con el patrocinio de

Más información
biblioteca@museoreinasofia.es
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.