Fluxfilms 1962-2002
- Cine y vídeo

Celebrada el 10 mayo, 2002 - 7 julio, 2002
Fluxfilms propone una reflexión, desde la imagen en movimiento, sobre el movimiento radical fundado por ese creador singular y carismático que fue el lituano-norteamericano George Maciunas (Kaunas, 1931; Boston, 1978).
Los Fluxfilms (unas cuarenta películas, la mayoría en blanco y negro, encargadas, coleccionadas y, no pocas veces terminadas por Maciunas) surgieron en la década de los sesenta, durante la “explosión subversiva” que hizo añicos el código cinematográfico. A menudo constituidas por cuadros vacíos o de material sobreexpuesto, estas obras deben ser apreciadas como experimentos radicales con el medio y los mecanismos del cine, como la película hecha sin cámara, Zen for film (1962-1964) de Nam June Paik (Seúl, 1932; Miami, 2006) –un rollo de celuloide virgen, o cinta transparente sin procesar–. La fascinación de Maciunas por el cine y su historia se manifiesta en los Fluxfilms que invocan una variedad de formas cinematográficas, desde los espectáculos de Walt Disney más populares y las comedias de Charlie Chaplin o Buster Keaton, hasta lo más vanguardista, como es el trabajo de Ken Jacobs y Stan Vanderbeek.
Pero lo que vinculaba, finalmente, la cinefilia de Maciunas con las intervenciones culturales de Fluxus eran, sin duda, las raíces populares del cine y el papel central del humor en ambos proyectos. El gusto de Maciunas por el humor parece basarse, al menos en parte, en modelos cinemáticos antiguos. Al igual que otros movimientos anti-arte del siglo XX, la incipiente empresa Fluxus reconocía en tales diversiones de masas no solo la agresión endémica a todo género cómico, sino también una sensibilidad antisocial, antiburguesa, que se manifestaba en el humor físico, las bromas visuales, la caricatura y la parodia de las comedias mudas.
De los filmes realizados bajo el imprimatur de Fluxfilms, muchos pueden considerarse comedias que comparten con sus antecesoras más comerciales el enfoque paródico externo y la mirada reflexiva interna. Sin embargo, en manos de Maciunas, la vertiente reflexiva de la comedia muda asumió una forma concreta y hasta literal, con juegos de sentido que activan la parodia a nivel material, más que dentro de una ficción.
Material adicional

Fluxfilms 1962-2002
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.