Pulsador de movilizaciones internas (íntimo-revoluciones) sobre los trabajos maternos
Grupo de Estudio
- Investigación

Celebrada el 26 de septiembre, 2020 – 30 de enero, 2021
Pulsador de movilizaciones internas (íntimo-revoluciones) sobre los trabajos maternos surge a raíz del foro Voces situadas 7. Hacia nuevas maternidades y crianzas: cuerpo, trabajo y deseo, ocurrido en abril de 2019. Coordinado por la investigadora y activista por una maternidad emancipada Luisa Fuentes Guaza, este grupo de estudio pretende fomentar una reflexión colectiva mixta, en la que se cuenta también con la participación de l+s hij+s, desde los saberes y haceres que emanan de los cuerpos maternos politizados. Cada una de las cinco sesiones de las que se compone este programa propone una íntima-revolución como estrategia de emancipación pacífica y como forma de oposición al estatus de exclusión y devaluación atribuido, de forma sistemática, a los trabajos maternos.
A partir de dinámicas de autoindagación y acciones fundamentadas en la teoría crítica feminista, la iniciativa ahondará en temáticas como las “obligaciones” afectivo-sexuales implícitas en el formato tradicional de familia; la crianza y todas las actividades propias de la reproducción social como productivas con su correspondiente traslación retributiva; y los procesos psíquicos propios de los cuerpos que gestan y sostienen. Además, el grupo de estudio se plantea como un catalizador de futuridades político-domésticas y de otras posibles formas de organización social en las que se desmantelan las lógicas sexistas dominantes, el mandato de “lo normal, lo natural y lo patriarcal”, el proceso de la crianza bajo las lógicas del Norte Global, la negación del cuerpo materno como cuerpo deseante y ciertas narrativas feministas que rechazan la dimensión política del cuerpo materno.
Debido a las circunstancias sobrevenidas por la pandemia de la COVID-19, las sesiones pretenden, a su vez, funcionar como un espacio de discusión sobre las situaciones físicas y psicológicas vividas por los cuerpos maternos durante esta crisis sanitaria, período en el que se intensificaron los marcos de opresión en los que se desarrollan las crianzas. Mediante una movilización colectiva del malestar, se busca visibilizar la complejidad y la carga de trabajo que supone la maternidad para un solo cuerpo, así como la actual concentración de estos trabajos maternos en el ámbito doméstico, convertido forzosamente en el espacio único de desarrollo vital.
Coordina
Luisa Fuentes Guaza
Línea-fuerza
Acción e imaginación radical, Malestares contemporáneos
Organiza
Museo Reina Sofía
Participantes
Luisa Fuentes Guaza (Lorca, 1979) es investigadora independiente y activista teórica por unos trabajos maternos emancipados, antirracistas y no-coloniales. Fundadora de la plataforma de crítica feminista Centro Hacedor de Futuridades Maternales, colabora también con la Colección Patricia Phelps de Cisneros, la Robert S. Wennett and Mario Cader-French Foundation, la Red de Centros Culturales de la AECID en Centro América, la Fundación Arpa y Maternidades con gafas violetas, entre otras. Licenciada en Derecho con Máster en Propiedad Intelectual, cursa estudios de doctorado sobre feminismo no-colonizado en la Universidad Autónoma de Madrid y ha resultado finalista en el programa de estancias de investigación del David Rockefeller Center for Latin American Studies de la Harvard University
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.