Voces situadas 23
¿Cómo dar lugar a la memoria del barrio?
- Encuentro

Celebrada el Miércoles 11 de mayo, 2022 - 19:00 h
Las memorias de los barrios son las de sus habitantes —sus experiencias situadas, relaciones, festejos, conflictos y traumas—, los espacios que ocupan, las redes de apoyo mutuo y las luchas por mejorar sus vidas y su entorno.
Determinados barrios, desplazados y marginalizados por la gentrificación, son abandonados por las instituciones, quienes omiten y desmiembran las memorias de estos territorios. Al desarticular las historias colectivas y, en consecuencia, descontextualizarlas para favorecer a las políticas especuladoras, se disuelven los entramados comunitarios y se expulsan de sus territorios a l+s vecin+s más vulnerables.
Como contrapartida, las prácticas de memoria generan procesos de cohesión social en torno a lugares e hitos profundamente anclados en los cuerpos de l+s vecin+s, en sus afectos y relaciones. También producen archivo, un recurso poderoso para la convivencia y el sostenimiento de las luchas.
En esta edición de Voces situadas se dialoga sobre distintas experiencias y estrategias de construcción de memoria colectiva, desde la certeza de que producir y cuidar las memorias de los barrios es esencial para mejorar las condiciones vitales de las personas que los habitan.
Colabora
Universidad Autónoma de Madrid (UAM)
Programa
En el marco de
Organiza

Organiza

Organiza

Participantes
La Digitalizadora de la Memoria Colectiva es una plataforma ciudadana ubicada en Sevilla, compuesta por profesionales del audiovisual, los archivos y la informática que acompañan a colectivos y particulares en la tarea de preservar su memoria audiovisual registrada en formatos analógicos.
LaFundició es una cooperativa nacida en 2006 en el barrio de Bellvitge (L’Hospitalet, Barcelona) que impulsa procesos colectivos de construcción de conocimiento, prácticas culturales y formas de relación, entendidos como recursos de uso común y como actividades “controversiales” y situadas. LaFundició plantea también una crítica a la precariedad laboral de la esfera cultural y propone modos de trabajo más horizontales y justos, a través de la colaboración continúa con distintos grupos de acción y organizaciones.
Ana Longoni es escritora e investigadora, impulsora desde su fundación de la Red Conceptualismos del Sur y exdirectora del Departamento de Actividades Públicas del Museo Reina Sofía. Doctora en Artes por la Universidad de Buenos Aires (UBA), es especialista en los cruces entre arte y política en Argentina y América Latina desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Actualmente forma parte del equipo de comisariado de la exposición Giro gráfico. Como en el muro la hiedra, que tiene lugar en el Museo Reina Sofía del 18 de mayo al 13 de octubre de 2022.
Ana Sánchez Mina es investigadora. Desde una perspectiva de compromiso militante, rastrea experiencias políticas reflexionando sobre las formas actuales de la resistencia al neoliberalismo, la creación y mezcla de lenguajes abiertos y espacios y tramas para el común. Sus intereses políticos y vitales se vinculan a las resistencias urbanas, las experiencias de autoorganización, autogestión y economía social, así como las luchas y miradas feministas. Su experiencia política se enraíza fundamentalmente en las dos últimas décadas de luchas del barrio de Lavapiés, en Madrid. Actualmente está desarrollando una investigación en torno a la memoria del centro social El Laboratorio, una experiencia autogestionada que tuvo lugar en Lavapiés, entre 1997 y 2003.
Sindicato de manteros de Madrid es una asociación que representa a los vendedores ambulantes de mercancías, con objetivo de defender sus derechos así como denunciar el racismo estructural.



Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.