Gabriel Pérez-Barreiro y Michelle Sommer
En torno a "Mário Pedrosa. De la naturaleza afectiva de la forma"
- Seminarios y conferencias
- Encuentro

Celebrada el 28 abril, 2017 - 18:00 h
A pesar de ser un referente fundamental para comprender el proyecto de la modernización de Brasil y Latinoamérica en los dos últimos tercios del siglo XX, la influyente labor teórica que ejerció Mário Pedrosa (Pernambuco, 1900 - Río de Janeiro, 1981), así como el papel que desempeñó en la creación de diversos espacios y proyectos institucionales —los museos de arte moderno de Río de Janeiro y São Paulo, la Bienal de São Paulo o su labor al frente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte— sigue siendo muy desconocida en España. Mário Pedrosa, considerado como el único intelectual brasileño que puede permitirse una interlocución en pie de igualdad con los críticos de arte internacionales de su generación, desarrolló su crítica fundamentalmente a través de sus columnas en dos diarios cariocas, el Correio da Manhã y el Jornal do Brasil.
El encuentro con los comisarios de la exposición permitirá establecer un diálogo entre los textos de Pedrosa y los artistas que contribuyó a impulsar. Lejos de apoyar a un artista o un movimiento determinado él interpretaba el arte como una profunda necesidad humana de comunicación y reflexionaba sobre las enormes posibilidades de expresión que se habían desencadenado en el periodo de la modernidad. Así, sentía la misma fascinación por el arte de los pacientes mentales o de los niños que por la abstracción geométrica o el arte figurativo de corte político. En este sentido, la influencia de la psicología visual en general y la psicología de la Gestalt en particular le permitió entender el proceso artístico y la creación de imágenes visuales.
El pensamiento de Mário Pedrosa sobre arquitectura y urbanismo, otro hito importante, gira en torno a la construcción de la nueva capital, Brasilia, donde organiza el Congreso Internacional Extraordinario de Críticos de Arte en 1959 bajo el lema “Ciudad nueva, síntesis de las artes”. En Brasilia, símbolo y síntesis de la modernización cultural del país, se debate sobre la tesis de Pedrosa de la “condenación a lo moderno”, paradoja en la que confluyen la historia de la colonización portuguesa y el carácter revolucionario de la nueva capital.
Organiza
Museo Reina Sofía
En colaboración con
illycaffè
Participantes
Gabriel Pérez-Barreiro. Director y Conservador-Jefe de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (CPPC). Ha sido conservador de la Colección de Arte Latinoamericano de la Universidad de Essex, Director de Artes Visuales de la Americas Society en Nueva York y Conservador de Arte Latinoamericano del Museo de Arte Blanton de la Universidad de Texas, Austin.
Michelle Sommer. Arquitecta, investigadora y comisaria de artes visuales. Profesora en la Escuela de Artes Visuales Parque Lage de Rio de Janeiro, es también investigadora posdoctoral en la Universidad Federal de la misma ciudad.
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.