Voces situadas 20
Las remesas: cuidar aquí y allí
- Encuentro

Celebrada el Sábado 5 de junio, 2021 - 18:00 h
La reflexión sobre la estructura del sistema económico global desde una perspectiva feminista permite percibir la desigualdad que lo atraviesa. En relación con los flujos migratorios, resulta clave poner el foco en las remesas —los envíos periódicos de dinero o productos— con que l+s trabajador+s migrantes precarizad+s sostienen a sus familias y allegad+s y, por ende, contribuyen a las frágiles economías de sus lugares de origen.
La feminización y precarización de determinados trabajos, como los cuidados, evidencia el lugar que ocupan las trabajadoras del hogar en distintas partes del globo. En el caso de las migrantes, este trabajo precario se combina de forma simultánea con el cuidado de sus propias familias para cubrir, desde la distancia, sus necesidades básicas. Una “labor de hormigas” que permite sostener, en buena medida, economías nacionales enteras, aunque de una manera invisible y no reconocida.
Esta nueva edición de Voces situadas propone, siguiendo su formato de foro asambleario y horizontal que pone en común experiencias, vivencias y saberes sobre temas acuciantes del tiempo presente, una conversación sobre las remesas desde un enfoque feminista, situando la atención en los cruces entre la migración, la desigual división del trabajo, los cuidados y el papel de las mujeres dentro de esta lógica transfronteriza.
Participan, virtualmente, la escritora y activista Silvia Federici; y, presencialmente, la portavoz de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza, Blenda Carolina García Espinoza, la activista e integrante del colectivo Territorio Doméstico, Rafaela Pimentel y la antropóloga Andrea Ruiz Balzola. El encuentro será moderado por Ana Longoni.
Participantes
Ana Longoni. Directora de Actividades Públicas y Centro de Estudios del Museo Reina Sofía.
Silvia Federici. Escritora, profesora y activista feminista italoestadounidense. Fue una de las impulsoras de las campañas que comenzaron a reivindicar un salario para el trabajo doméstico realizado por las mujeres como demanda de la economía feminista. Trabajó durante varios años como profesora en Nigeria y es profesora emérita de la Universidad Hofstra en Nueva York. Ambas trayectorias convergen en dos de sus obras más conocidas: Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Traficantes de Sueños, 2004) y Revolución en punto cero: trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas (Traficantes de Sueños, 2013).
Blenda Carolina García Espinoza. Miembro del Comité de Solidaridad Oscar Romero de Aragón y portavoz de la Asociación de Trabajadoras del Hogar y Cuidados de Zaragoza. Originaria de El Salvador, hace más de una década, la situación de violencia la obligó a abandonar sus estudios y empleo para migrar a España, donde trabaja como empleada del hogar.
Rafaela Pimentel. Activista del ámbito del feminismo y del trabajo doméstico, ha sido galardonada con el premio Avanzadoras 2018. Comenzó a participar en movimientos feministas y de mujeres en su país, República Dominicana, y continuó con el activismo en España, donde llegó en el año 1992. En la actualidad, forma parte de Territorio Doméstico, colectivo en el que se organizan empleadas de hogar para reivindicar sus derechos. Es también activista de la Coordinadora Feminista 8M.
Andrea Ruiz Balzola. Doctora en Antropología por la Universidad de Deusto (Bilbao), es docente universitaria e investigadora en esta universidad, la UNED y la Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitate. Además, trabaja como asesora, formadora e investigadora para instituciones públicas y entidades del tercer sector. Desde septiembre de 2019 ocupa el cargo de Secretaria General en la Asociación ZAS! Red Vasca AntiRumores/Zurrumurruen Aurkako Sarea.
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.