Voces situadas 3
Abrir el Museo a su entorno. Tentativas de desbordar la institución
- Seminarios y conferencias
- Encuentro

Celebrada el Lunes, 10 septiembre, 2018 - 19:00 h
En el marco de la serie Voces situadas, se organiza este encuentro con la participación de activistas, intelectuales y representantes de colectivos de Lavapiés, en diálogo con George Yúdice, referente internacional en los estudios de políticas culturales latinoamericanas. Se trata de cuestionar y repensar el papel que deben desempeñar las instituciones museísticas en relación con su entorno físico y reflexionar sobre cómo su emplazamiento influye en la trama de transformaciones urbanas y en la gentrificación vinculada al auge del turismo.
Proponer un museo situado, un espacio público abierto a tod+s, es reconocer que el museo es parte activa de los conflictos que atraviesan y complejizan el barrio en el que se ubica. En ese sentido, está obligado a proponer un nuevo paradigma institucional basado en la confluencia con otros saberes, experiencias y modos de hacer de grupos, asociaciones o colectivos pertenecientes al barrio.
¿Qué estrategia debe manejarse para que una institución sea porosa, no tanto al acceso de públicos sino más bien a su apropiación por los usuarios, de manera que no se limiten a ser espectadores de lo ya programado, sino que puedan cuestionar lo que hace la institución? ¿Cuáles son esas otras formas de rebasar el museo para trascender sus paredes y entenderlo como un espacio permeable a las manifestaciones culturales del barrio, sus memorias y sus reivindicaciones actuales?
En el marco de
Organiza
Museo Reina Sofía
Participantes
George Yúdice. Profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Miami y referencia imprescindible en los estudios culturales en América Latina. Sus investigaciones indagan sobre numerosos temas, como la relación entre literatura y arte; las políticas culturales y la economía del sector cultural; la globalización y los procesos transnacionales; el rol de los intelectuales, artistas y activistas en la sociedad civil; la construcción de las nociones de raza y etnicidad; las nuevas formas de institucionalidad; o las transformaciones recientes en la producción musical a partir de las nuevas tecnologías. Es autor de más de cien títulos, entre ellos Política Cultural (2002, en coautoría con Toby Miller), El recurso de la Cultura (2002) y Nuevas tecnologías, música y experiencia (2007).
Rafaela Pimentel Lara, de origen dominicano, vive hace 27 años en Madrid. Activista,feminista y trabajadora de hogar y cuidados. Impulsa el colectivo Territorio Doméstico, que lucha para que el trabajo doméstico se reconozca desde las políticas públicas y se valore el derecho al cuidado digno. También integra los colectivos Senda de Cuidados y el Observatorio Yanet Beltrán.
Jesús Carrillo. Profesor de Teoría e Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid. Destaca su experiencia en instituciones como el Museo Reina Sofía (responsable de Programas Culturales hasta el 2015) o el Ayuntamiento de Madrid (director de Actividades Culturales hasta el 2016). Recientemente ha publicado Space Invaders. Intervenciones artístico-políticas en un territorio en disputa: Lavapiés (1997-2014).
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.