Estallidos gráficos 1. Escribir la escucha
Taller con Artemisa Semedo
- Seminarios y conferencias
- Taller

Celebrada el Viernes 21 y sábado 22 de febrero, 2020 - 18:00 h
Con el objetivo puesto en el próximo 8M, arranca el primero de una serie de talleres destinados a propiciar el encuentro y la producción en torno a nuevas maneras, herramientas e ideas que colaboren en la visibilidad y el impacto de dicha jornada.
¿Cómo hacer huelga un domingo?, ¿quiénes trabajan ese día?, ¿quiénes hacemos huelga?, ¿hacia quién se dirigen las reivindicaciones?, ¿qué imaginarios de huelga compartimos? Estas son algunas de las preguntas de las que partirá este taller de escritura activista a cargo de Artemisa Semedo. La actividad propone la realización de intervenciones poético-políticas nacidas de la escritura, como posibilidad de multiplicar las resonancias de sus voces en el espacio público.
En suma, se trata de un ejercicio de creación colectiva que permita compartir saberes y experiencias vividas, muchas de ellas en la intimidad, y se traduzca en nuevas vías de visibilización social.
Programa
Estallidos gráficos
Línea-fuerza
Acción e imaginación radical
Organiza
Museo Reina Sofía y Museo Situado
Participantes
Artemisa Semedo (Cabo Verde) es artista, poeta, actriz y activista. Ha trabajado bajo la dirección de Ángel de la Aleja y Carlota Pérez, y ha realizado talleres de creación con las artistas Antia Otero Estibaliz Espinosa y Noelia Morgana. En la actualidad es integrante del colectivo Afrogalegas. En sus performances fusiona poesía, danza y música.
Más actividades
Zum: Naufragio con espectadores
14, 16, 17, 17, 18, 21, 23, 24, 24, 25, 28, 30, 31, 31 OCT, 21, 21, 22, 25, 27, 28, 28, 29 NOV, 2, 4, 5, 5 DIC 2024
Zum. Naufragio con espectadores es un recorrido —diseñado por Miguel Vega Manrique en colaboración con el Área de Educación del Museo Reina Sofía y dirigido a alumnos del curso 4º de la ESO y Bachillerato— que busca cuestionar el lugar desde el cual, como espectadores, nos aproximamos al mundo que nos rodea a través de conceptos como la desorientación, la curiosidad, lo imprevisible, el desconcierto y la experimentación, presos de un estado de embriaguez más o menos reversible.
El recorrido se desarrolla en el espacio de la Colección Un barco ebrio: eclecticismo, institucionalidad y desobediencia en los ochenta, situado en la Planta 0 del Edificio Nouvel. En él se nos invita a sumergirnos en el Museo como posibles náufragos de una historia reciente cuyos pilares residen sobre el consenso político de la socialdemocracia, el régimen económico de capitalismo de consumo y las consiguientes crisis globales que asolan el planeta.
El barco ebrio, en alusión a Le bateau ivre, poema de Arthur Rimbaud que aludiría a la deriva de un arte que navega sin un rumbo fijo, fue el título descartado por el comisario Rudi Fuchs para la documenta 7 de Kassel (1982), en la que se comienza a proponer una mediación cultural que transite por una concepción cambiante e inestable del cuerpo en diálogo con la enfermedad, la tecnología, la ciencia, lo escultórico, el diseño y la teátrica de las identidades y del conocimiento que nos constituyen.
En este contexto, las metáforas de la embriaguez, la navegación y el naufragio como riesgo implícito nos sirven para reflexionar sobre los límites de un espacio y de una visualidad determinados, con una idea instituida de frontera y de cuerpo. ¿Es el naufragio el precio a pagar por una estabilidad, una modernidad, un orden institucional aparentemente inamovibles? ¿Podemos vivir sin las pasiones, vientos, tormentas o calamidades que de vez en cuando arrastran todo consigo? ¿Qué sensaciones, afectos, peligros o emociones despiertan en el espectador la puesta en escena y el espectáculo en los que participa?
Chema García Ibarra. Espíritu sagrado
8 NOV 2024
Aconsejaba Kipling a la hora de construir un relato no adoptar la figura de un demiurgo omnisciente, sino ignorar parte de la historia durante su narración. Y es ahí donde reside la imprevisibilidad narrativa y la potencia dramática de Espíritu sagrado, primer largometraje de un director, Chema García Ibarra, que se había hecho notar allá por 2009 con su corto El ataque de los robots de Nebulosa-5. Desde entonces su obra ha seguido el sendero de una particular ciencia ficción costumbrista ilicitana y de una aproximación a la fantasía desde lo cotidiano, y viceversa, que le permite seguir ahondando en los abismos que se abren en nuestro entorno más próximo. El hecho de utilizar intérpretes no profesionales contribuye a la misma sensación de extrañamiento que provoca el horror situado fuera de campo: el mal se cierne sobre el mundo, pero de nada vale “vigilar los cielos” porque este no va a llegar del espacio exterior, sino de nuestro entorno más cercano.