Georges Vantongerloo
Un anhelo de infinito
El arte de Georges Vantongerloo (1886-1965) supone una mirada excéntrica a la modernidad. Integrante del neoplasticismo durante un período de tiempo, Vantongerloo describe la figura de un artista que no solo evoluciona al revés, sino que se aproxima a la totalidad desde el escepticismo de su propia subjetividad. De un lado, Vantongerloo demuestra una tensión hacia el constructivismo, caracterizada por formas puras, colores planos y volúmenes mensurables, pero, por otra parte, ya en el último tercio de su carrera, muestra una transición hacia la investigación, vinculando geometría, abstracción e imaginación, en la que las formas visuales son transformadas por líneas curvas, biomórficas y ensoñaciones de un cosmos caracterizado por el azar y la variación. En esta voluntad de construir un nuevo mundo, en Vantongerloo es revelada la ambición de hacer visible lo invisible, de explorar aquello externo a la percepción y que expresa lo inconmensurable, en palabras del artista, la unidad entre universo y espectador.
A propósito de la exposición Georges Vantongerloo: Un anhelo de infinito, RRS conversa con Guy Brett, comisario de la exposición, y Manuel J. Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía. Abordar, en definitiva, el estudio y la presentación de Vantongerloo a través de sus últimas producciones supone, como la propia trayectoria del artista, desplazar el acento de instantes más normativos, De Stijl, a otros más foráneos, excéntricos y, por tanto, más enriquecedores.
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Los sonidos que aquí se pueden escuchar no solo aspiran a ser una versión acústica de la experiencia en el Museo, sino que pretenden convertirse en nuevos continentes, capaces de amplificar las nociones de Colección, Exposición y Debate.