Los museos que no han sido
La transformación arquitectónica del antiguo hospital en un espacio cultural
El Hospital General de Madrid cerró sus puertas el 4 de noviembre de 1968 y pasó a ser gestionado por la Ciudad Universitaria Provincial. El Edificio Sabatini, en el que se encontraba ubicado, sufrió desde ese momento toda una serie de cambios hasta convertirse en la actual sede del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Ante la propuesta inicial de demolición, la defensa de un grupo de intelectuales y de la propia sociedad civil propició la declaración del edificio como monumento histórico-artístico en 1977. Más tarde, ya en los años 80, se inició un plan de rehabilitación del espacio para albergar las distintas colecciones que no tenían sede, como era el caso de las del Museo del Pueblo Español o las del Museo de Reproducciones Artísticas. Del mismo modo, se pretendía conformar una institución cultural en la que tuviera cabida la creación y la vanguardia artística del país.
En el documento sonoro que aquí se presenta se recoge el testimonio de los profesionales que fueron determinantes en la construcción de la identidad del propio edificio, ya fuese ésta en su génesis creativa (mediante proyectos que nunca llegaron a materializarse) o mediante la contribución constructiva o artística tanto en el ámbito arquitectónico como museográfico. De este modo, era prioritario conservar un edificio de la calidad arquitectónica del antiguo hospital pero que al mismo tiempo fuese capaz de albergar los fondos de distintos museos y ser un centro de creación que rompiese con el concepto restrictivo de “museo-archivo”, del que Madrid ya tenía numerosos ejemplos.
El proyecto del arquitecto Antonio Fernández Alba (1927) abordó el proceso de recuperación del edificio, cuyo punto de partida era la de una edificación inacabada, sin fachada urbana, de una escala importante en relación con su entorno, y cuyo interés arquitectónico era difícil de leer a través de su imagen, ya que había sufrido algunas intervenciones que alteraban significativamente la composición original. Su aportación significaría el reto de convertir este gran contenedor en un centro cultural moderno, que abrió sus puertas al público en 1986 como Centro de Arte Reina Sofía.
El Centro de Arte comenzaría a llenarse pronto de exposiciones. Pedro Antonio García-Ramos Sánchez (1942) se convirtió en una de las figuras clave en el diseño de estas muestras, además de proyectar algunos de los usos que originalmente estaban pensados para el edificio, como era ser la sede del Museo de Reproducciones Artísticas. Finalmente, al igual que muchos de los proyectos ideados para el centro cultural, la instalación de este museo no se llevó a cabo.
José Luis Íñiguez de Onzoño Angulo (1927) y Antonio Vázquez de Castro (1929) fueron los arquitectos encargados de transformar el Centro de Arte en un Museo de Arte Contemporáneo. Tras valorar varias propuestas, y como resultado de una ardua investigación internacional, en 1988 comenzarían las obras de las icónicas torres de cristal en las que se ubicarían los ascensores, primera muestra de la arquitectura High Tech en la ciudad de Madrid. Finalmente, y tras varios años de obras, se acabo inaugurando la arquitectura del nuevo Museo en el emblemático 1992.
Descubrir la transformación arquitectónica del antiguo hospital en museo a través de la voz de sus protagonistas supone dar a conocer la historia del edificio de una manera íntima y personal. Mediante la grabación sonora de sus testimonios se pretende mantener viva una parte de la historia de la institución que habitualmente ha quedado relegada a un segundo plano, la de la arquitectura de sus inmuebles, dando así la importancia que merece a los artífices de la creación del espacio del museo y ofreciendo la oportunidad al público general de ser partícipe de todo ello.
Treinta años después recibimos este legado en el que la arquitectura forma parte de la memoria y en el que las palabras de sus autores nos hacen reflexionar sobre cuáles serán los pasos futuros que nos permitirán redefinir la identidad de nuestro museo.
Este testimonio sonoro forma parte de la instalación Los museos que no han sido. La transformación arquitectónica del antiguo hospital en un espacio cultural realizada para el Día Internacional de los Museos 2021.
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Los sonidos que aquí se pueden escuchar no solo aspiran a ser una versión acústica de la experiencia en el Museo, sino que pretenden convertirse en nuevos continentes, capaces de amplificar las nociones de Colección, Exposición y Debate.