SOMATECA. Producción biopolítica, feminismos, prácticas
Entrevista con Beatriz Preciado
El movimiento feminista, tal y como nos explica Beatriz Preciado, comienza en los albores de la revolución francesa. Es una corriente que se denomina a sí misma como un movimiento de ciudadanas. Son madres, mujeres viudas o bastardas que reclaman el derecho de igualdad de las mujeres frente al régimen soberano en que se encuentran en el siglo XVIII. La palabra feminismo sin embargo no fue inventada por este movimiento, sino que es un término médico – una noción psicopatológica asociada a la tuberculosis – que define en 1871 un médico francés llamado Faneau de La Cour. En su tratado sobre la tuberculosis califica de feministas a los hombres que debido a esta enfermedad pierden virilidad. Para él por tanto el feminismo es una patología de desvirilización del hombre tuberculoso. Tan solo un año después el hijo de Alejandro Dumas, panfletista de la época, retoma este término de manera injuriosa para descalificar a los hombres que apoyan la causa de las ciudadanas y su integración en la esfera pública y democrática en términos de igualdad legal y política. Para encontrar el término feminismo asociado a las mujeres habrían de pasar unos años hasta que las sufragistas a comienzos del siglo XX se apropiaron del término y se autodenominaron feministas.
Beatriz Preciado, teórica queer y experta en teoría del género e historia política del cuerpo relaciona este proceso de reapropiación performativa y crítica del término con otro proceso semejante que sucede a finales de los años 80 con la expresión queer. Si bien inicialmente el término tiene un carácter peyorativo, los movimientos homosexuales, transexuales y transgénero se van a reapropiar del mismo para oponerse a las corrientes gays y lesbianas de integración y normalización en la sociedad heterosexual dominante.
La entrevista desarrollada en el marco de Somateca, el curso que dirige Beatriz Preciado entre abril y septiembre de 2012 en el Centro de Estudios del Museo Reina Sofía, aborda estas y otras cuestiones con relación al cuerpo, la creación y las técnicas de representación y de subjetivación de los grupos socialmente marginados o subalternos.
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Los sonidos que aquí se pueden escuchar no solo aspiran a ser una versión acústica de la experiencia en el Museo, sino que pretenden convertirse en nuevos continentes, capaces de amplificar las nociones de Colección, Exposición y Debate.